Un muro de palabras y papeles

Consiguieron por fin el 60% de adhesión de los propietarios para ejecutar el ripio.

El misterioso Plan de Accesibilidad, herido de “muerte”, según los dichos de Blangini, avanza pero carece todavía de materia visible. Hoy tiene la adhesión del 60% de los vecinos, pero igual está verde. El plan se puede tocar solo en su versión literaria. Ahora es apenas un monstruo de papel y de palabras, las palabras que se han dicho en la televisión, en el Salón Blanco, en el Concejo, en las vecinales, en el Cabildo Abierto, aunque las palabras no pueden inscribirse dentro de lo “palpable”, apenas se dicen y, casi siempre, por lo menos en esta ciudad, se las lleva olímpicamente el viento. Conclusión: el contribuyente ha pagado y seguirá pagando a partir de ahora unas elegantes cuotas ajustables para que un “equipo” de funcionarios fabrique una masa informe de papeles y palabras.

El Plan de accesibilidad no existe, no está difunto, porque para estar muerto primero hay que nacer. Es un niño por nacer, todavía no existe. Todos los esfuerzos serán de ahora en más para que el arquitecto Blangini y los “ejecutivos” del Poder Ejecutivo, “hagan existir” el plan de pavimento y ripio.