Los efectos de los incendios forestales que desde principios de 2020 afectan tanto el valle de inundación como el Delta del Paraná produjeron daños inmediatos y visibles en árboles, fauna y suelo se acumulan y a veces invisibilizan otras consecuencias que recién aparecen con el correr del tiempo.
La investigación estuvo a cargo de Paola Peltzer (UNL), Rafael Lajmanovich (Inali), Ana Paula Boccioni (UNL), Rodrigo Lorenzón ( (Inali), Andrés Attademo (UNL), Andrés Bortoluzzi (UNL), Agustín Bassó (UNL), Evelina León (Inali), Natalia Peña (Inali), Fernando Lajmanovich (UNL) y Silvia Seib (Uader).
Según la investigacion, hecha desde un registro geográfico, los incendios afectaron principalmente a los albardones (83%) seguidos por las media-lomas (47%), depresiones o lagunas internas (17%) y barrancas (5%).
En todos los casos analizados, la profundidad del suelo quemado varió entre-2 a-12 centímetros de profundidad, mientras que la altura de las llamas en especies leñosas osciló entre los 2,70 metros hasta los 4,20 metros.
Para los investigadores, el uso de los humedales del Delta “para la cría de ganado, para el cultivo de transgénicos como la soja y para la expansión de urbanizaciones exclusivas ponen en riesgo tanto su conservación como su restauración”.