Hay 318 muertos por la violencia en el fútbol

El primer muerto en una cancha del fútbol argentina data de 1922, nueve años antes de la instauración del profesionalismo, y fue un joven cronista del diario “El Telégrafo” caído desde una tribuna del viejo estadio de madera de Sportivo Barracas, en tanto que el 318 falleció este lunes en Córdoba, y era Emanuel Balbo, un hincha de Belgrano.

Por represión policial se cuentan los dos primeros muertos en cancha de Lanús. El 14 de mayo de 1939 el “granate” recibió a Boca y una trifulca en la tribuna visitante fue reprimida con balas de calibre 38. Hubo dos fallecidos. El 60 por ciento de los muertos en el fútbol se produjeron desde la dictadura militar hasta estos días, pero la mayor tragedia ocurrió el domingo 23 de junio de 1968, en la “masacre” recordada como de “La Puerta 12”, en River.

La policía agredió a hinchas de Boca que bajaban de la tribuna visitante, cuando caían papeles encendidos. Según la pericia policial, “la Montada puso mal a los caballos y se abalanzaron sobre el primer centenar que salía del estadio”, consta en el informe del expediente que alcanzó varios cuerpos y miles de fojas. Hubo 69 víctimas fatales.

Los hinchas reprimidos quisieron subir por las escaleras, a oscuras (testigos señalaron que las bombitas de luz habían sido sustraídas) colisionaron con miles que bajaban. En un apretujamiento y por asfixia murieron simpatizantes con edad promedio de 25 años.

Amílcar Romero, 71 años, periodista, escritor, investigador, autor de uno de los primeros libros sobre violencia en el fútbol, publicó “Muerte en la cancha”, en 1985, donde sostenía que desde hace tres décadas “los problemas del fútbol tienen orígenes en los complejos dramas sociales”.

Juan Carlos Guzmán, de 75 años, ex defensor de Chacarita Juniors, Independiente (dos veces campeón de América 1964-65), luego River (finalista en Copa Libertadores 66) evocó tiempo y lugar: “En nuestra época, si perdíamos dos partidos, a la salida se escuchaba algún insulto, pero nada más”, refirió la “Garza” a Télam.

“Pero nunca en los 60 y 70 los hinchas, luego barrabravas, iban a ir a las prácticas para amenazar a los jugadores de su propio club. Eso empezó a pasar desde la época de la dictadura, cuando la policía y los violentos desnaturalizaron un juego como el fútbol que siempre fue una fiesta del pueblo”, añadió.

Otras opiniones, similares, de futbolistas que tuvieron ciclos en el exterior, como Ramón Heredia, de 64 años, “crack” de San Lorenzo en los 70, la selección nacional y nueve años en Atlético Madrid, fueron recopiladas por Télam con un denominador común: “el costado social”.

“El disparador aquí es la cuestión social, porque crecieron asentamientos, la pobreza, y el fútbol se transformó en caldo de cultivo. En las ligas europeas la violencia es un tema que requiere políticas de Estado, algo que aquí no se observa”, concluyó “Cacho” Heredia (Fuente diario El Litoral)