Silvia Torres Luyo, artista plástica oriunda de Esperanza presenta en el NACT de Japón, su obra “Calma al atardecer”, una de las piezas que integra la muestra de su autoría denominada “El tigre y la mariposa. Tintas en papel de arroz”.
El Centro Nacional de Arte de Tokio representa una de las muestras de arte contemporáneo más grandes de ese país. Su museo ofrece cuatro exposiciones rotativas repartidas en 150,700 pies cuadrados y 12 galerías. Incluye desde acuarelas japonesas contemporáneas hasta caligrafía y obras tridimensionales de técnica mixta.
La invitación que recibiera Torres Luyo para participar, vino de parte de los Directores de Art Beyond Boundaries Tohun Kobayashi y Harumi Tohsei Kobayashi. La obra de la artista esperancina comparte espacio junto a más de 500 obras de 33 países y regiones, en la exposición denominada: Art Beyond Boundaries Exhibition in The National Art Center (Tokyo).
Este evento se inició como una exposición centrada en la pintura con tinta, profundamente arraigada en la tradición del país, como expresión artística asiática. En la actualidad, las obras que allí se exponen provienen no solo de Asia y la región del Pacífico, sino también de Europa y otros continentes. Cada obra refleja un abanico de géneros diversos como ser pintura, caligrafía, video y escultura.
Sobre la trayectoria de Silvia Torres Luyo
Silvia se inició en el arte asiático con Sensei Julieta Jiterman, y continuó su formación con Sensei Carina Gulio en los estudios de pintura china tradicional, pintura japonesa sumi e, con temas como paisaje, montaña, cascada, aguas en general, árboles, arboles especiales, árboles autóctonos, insectos, roca, agua, aves, flores y plantas, dragón, entre otros.
Además, es alumna de Sensei Luciana Rago (Madrid, España) y ha ampliado su mirada con literatura antigua japonesa, haikus, tankas, entre otros.
A dictado cursos, conversatorios y talleres en la ciudad de Santa Fe y Esperanza, y participado de muestras y exposiciones. Su última presentación se denominó: “El Tigre y la mariposa”.
Durante los meses de octubre y noviembre de 2023 viajó a Japón para continuar con su formación en el arte de la pintura de tinta. Tomó clases de sumi e con Sensei Tohsei Harumi Kobayashi, directora de la Internacional Association of Sumi en Kamata, Tokio; con Sensei Bifu_Nakatani. Bifu_ryu, en Nara; y una formación especial de fabricación de tinta en barra con Sensei Bokuen Nagano, artesano de tinta de sexta generación en su taller Kinkoen en Naramachi. Así como la experimentación en la fabricación de papel washi, considerado patrimonio cultural por la ONU, en Mino Japanese Paper Museum en Mino, Gifu.
Además, es estudiante de idioma japonés, de caligrafía budista zen con Sensei monge Mumon Korinji soto zen y practicante de meditación. También nutre su arte dedicándose a bailar tango, diseñando en su agencia Lakhu y desarrollándose académicamente en la docencia y la investigación en la Universidad Nacional del Litoral.
Sobre la técnica que emplea en sus obras
La artista se dedica a la pintura oriental denominada Sumi-e. Su amor por la naturaleza, el arte y la meditación la llevaron a profundizar en esta rama de la pintura de tinta. El sumi e tiene origen en China, en la dinastía Tang (618 – 907) con el florecimiento de la poesía, la danza, la música y la caligrafía. Llega a Japón con el budismo zen y se desarrolla dentro de los preceptos de la estética del yuugen (profundidad), el datsuzoku (desapego) y el seiyaku (quietud interior), entre otros. La tinta y el agua dialogan sobre papeles de arroz, bambú y otras fibras, los pinceles, se convierten en la prolongación del brazo y del propio ser del pintor, y despliegan “soplos de vida” como diría el maestro Shitao. La búsqueda está en el vacío, en la contemplación más que en la forma: pintar el vuelo de un ave, no el ave…