Advertencia de justicia por mano propia en Los Hornos

Un particular letrero se puede observar en la esquina de Lavaise y Saavedra, en pleno corazón del Barrio Los Hornos de la capital santafesina. Es que los vecinos del barrio afirman que están cansados de los hechos delictivos que ocurren en sus veredas, cada día y a toda hora.

“Vecinos organizados: ratero, si te agarramos no vas a la comisaría… ¡Te vamos a linchar!”. Eso se puede leer en un cartel ubicado en la intersección de las calles Lavaisse y Saavedra en el barrio Los Hornos. La dura advertencia muestra, por un lado, el cansancio de quienes han sido víctimas o temen ser víctimas de algún hecho de robo o de violencia. Pero también muestra la intolerancia y la desproporción ya que amenazan con linchar a los rateros de la zona.

Días atrás un joven estuvo a punto de ser linchado en Peñaloza y Espora cuando fue reconocido por algunos vecinos como un ladrón muy activo en la zona. Por fortuna para el presunto malviviente, la providencial llegada de la policía impidió que los vecinos siguieran golpeándolo.

Otro dato de la realidad es la encuesta de la web de El Litoral (se publica hoy en página 2) en la que el 71,1 por ciento de los que respondieron apoya los casos de justicia por mano propia.

En los últimos días también se conocen casos de justicia por mano propia en todo el país que culminan con la muerte del supuesto delincuente. Hasta hubo casos de abusos donde dos trabajadores fueron señalados como malvivientes y terminaron muy golpeados y salvaron su vida al poder encerrarse en el baño de una estación de servicio.

El cartel resume todo esto. Y es comprensible aunque no justificable.

Hay un creciente malestar social por lo que se considera una rápida salida de los presuntos malvivientes que pasó de la frase “entran por una puerta y salen por la otra” a la de “ahora es una puerta giratoria”. Hay disgusto porque los niveles delictivos se mantienen altos, porque los arrebatos están a la orden del día en cualquier barrio de Santa Fe y porque la sensación es de que las sanciones no llegan o se demoran en demasía. Es la hora de una respuesta contundente antes de que el desborde social se multiplique en imprudencias